Los niños aprenden a jugar deslizando el dedo en un teléfono inteligente o una tableta mucho antes de aprender a leer. Jugar videojuegos es tan natural para los niños hoy como lo fue para usted cuando cambiaba los canales de televisión para encontrar algo para ver cuando era niño.
Algunos videojuegos o juegos en línea son educativos. Pueden ayudar a su niño/a a mejorar sus habilidades motoras finas, sus habilidades para resolver problemas o su capacidad para tomar turnos. Los niños pueden aprender matemáticas, música u otros temas de interés. Su niño/a puede aprender persistencia mientras trabaja para mejorar sus habilidades con el tiempo. Es posible que aprenda a sobrellevar la frustración a medida que trabaja para alcanzar una meta.
No todos los juegos son apropiados para los niños. El Entertainment Software Rating Board (ESRB) proporciona calificaciones sobre la audiencia prevista y la idoneidad de un juego. Los sitios como los medios de sentido común también pueden ayudarlo/a a comprender qué tipos de contenido hay en juegos específicos. Algunos juegos diseñados para adolescentes o adultos son demasiado violentos para los niños. Tampoco son necesariamente ideales para adolescentes. Las investigaciones han demostrado que la exposición a videojuegos violentos puede aumentar la probabilidad de que los adolescentes sean más agresivos y menos empáticos.
Está bien que los niños jueguen algunas veces, pero demasiado tiempo puede tener efectos negativos. Los niños que pasan horas jugando videojuegos/juegos en línea son menos activos físicamente que sus pares, lo que aumenta el riesgo de obesidad. Los niños pueden priorizar los juegos en lugar de hacer las tareas, lo que podría dañar su desempeño académico. Los niños que pasan horas jugando pueden tener menos interacciones cara a cara con sus pares, por lo que sus habilidades sociales pueden no estar tan desarrolladas como en otros niños.
Para ayudar a su niño/a a encontrar el equilibrio adecuado entre jugar y realizar otras actividades:
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Modele un buen comportamiento. ¿Cuántas horas al día mira pantallas? Los niños copian los comportamientos de sus padres. Los niños pueden jugar durante una o dos horas diarias, pero los adultos pueden ver cinco horas de televisión. Para alentar a su niño/a a pasar menos tiempo jugando, haga un esfuerzo por alejarse también de las pantallas.
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Preste atención a los juegos de su niño/a. Haga preguntas (enlace a su descarga) y vea a su niño/a jugar. ¿Los juegos son educativos? ¿Son apropiados para su edad? ¿Su niño/a juega en línea con amigos o extraños? Haga recomendaciones para limitar su exposición a la violencia y mantener a su niño/a seguro/a. Nuestra descarga de inicio de conversación puede ayudarle a saber qué preguntas hacer.
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Establezca límites de tiempo. No permita que su niño/a pase tiempo jugando sin restricciones de tiempo. Decida cuánto tiempo les permitirá jugar a diario y asegúrese de que se detenga cuando alcance ese límite. A los niños no les gusta cuando tienen que dejar de jugar, especialmente si están en medio de algo emocionante. Considere ofrecer un sistema de recompensas para que su niño/a pueda ganar premios o tiempo individual con usted si apaga sus juegos rápidamente cuando se agota su tiempo.
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Monitoree el bienestar de su niño/a Evalúe periódicamente si los juegos han cambiado los comportamientos de su niño/a. ¿Ha comenzado a bajar sus calificaciones desde que comenzó a jugar? ¿Se ha vuelto más sedentario/a o está aumentando de peso? ¿Se ha reunido con amigos con menos frecuencia porque prefiere jugar videojuegos? ¿Parece más irritable, agresivo/a o retraído/a? Si le preocupa que los juegos sean una influencia abrumadora en la vida de su niño/a, pídale orientación a su pediatra.